Cuando el Sínodo de la Amazonía, que se está celebrando en Roma, lleva más la mitad de su recorrido, queremos compartir unas pinceladas de las informaciones del mismo, recogidas en la página Vatican.news: “Nuevos Caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral” y algunas expresiones que manifiestan experiencias de personas que están viviendo directamente su desarrollo.
Aunque el comienzo oficial del Sínodo fue el domingo, día 6 de octubre con la Celebración de la Eucaristía a las 10 de la mañana, en la Basílica de San Pedro, presidida por el Santo Padre, el verdadero inicio del Sínodo Amazónico tuvo lugar el 4 de octubre, día de San Francisco de Asís, en los jardines del Vaticano, donde el Papa con un grupo de indígenas, realizó la plantación de un árbol.
En esta ceremonia, con la referencia y reverencia a la TIERRA FÉRTIL, las personas participantes, acompañadas por los gestos tradicionales de las comunidades indígenas, avivaron el deseo de “CAMINAR JUNTAS”, como repitió el Papa Francisco en la Celebración de la Eucaristía inicial del día 6. Todas estas palabras se centran en el fuego del Espíritu, un «fuego de amor que ilumina, calienta y da vida, no fuego que quema y devora».
Sí a la evangelización, no al colonialismo
«Cuando sin amor ni respeto, se devoran pueblos y culturas, no es el fuego de Dios, sino del mundo. Pero ¡cuántas veces el don de Dios no ha sido ofrecido sino impuesto, cuántas veces ha habido colonización en vez de evangelización! Que Dios nos proteja de la codicia de los nuevos colonialismos» (P. Francisco)
En esta Celebración, el Papa comentando los textos de la Palabra de la liturgia de este domingo, con su lenguaje directo, claro, aterrizando la Palabra en la vida cotidiana, transmitió ánimo y alegría y señaló unas pautas a tener en cuenta a lo largo del desarrollo de todo el Sínodo y en toda nuestra vida de seguidores de Jesús.
Nos alegra compartir el hecho importante ocurrido el domingo día 20 de octubre del presente año, dentro del ambiente celebrativo del Sínodo de la Amazonía: la firma del “Pacto de las Catacumbas”. Los firmantes del documento se comprometen a «renovar la opción preferencial por los pobres», a abandonar «cualquier tipo de mentalidad y actitud colonial», a anunciar «la novedad liberadora del Evangelio de Jesucristo». También se comprometen a reconocer «los ministerios eclesiales que ya existen en las comunidades» y a buscar «nuevos caminos de acción pastoral».
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