Llamadas a levantarnos y partir sin demora, con corazón ardiente. Solo así podremos convertirnos en testigos, como los dos discípulos de Emaús, que con corazón ardiente escuchan a Jesús mientras les explica las Escrituras a lo largo del camino. (Papa Francisco)
Nuestro fundador D. Rufino, insistió mucho en una respuesta al Reino prioritaria en nuestras vidas. Esa respuesta, que él practicó sin atenuantes, quiso que la lleváramos grabada a fuego en nuestros corazones y así queremos llevarla en nuestro compromiso.
Es un legado hermoso y noble, aunque difícil. Digno del espíritu humano, necesitado por la sociedad y la Iglesia hoy, y requerido por las generaciones futuras.
Quizás este legado te interese. Quizás quieras colaborar en esta tarea. Si es así…